El Coronavirus ha cambiado definitivamente nuestras vidas, no solo porque nos vemos forzados a trabajar desde casa o a mantener las distancias, sino porque tenemos que llevar la mascarilla. A pesar de todo, seguimos teniendo encuentros cara a cara, aunque nuestras caras no son las mismas con mascarilla.
Las personas transmitimos gran cantidad de información gracias a la cara. Las expresiones faciales nos permiten saber si una persona está contenta o disgustada con nosotros, o si tenemos que salir corriendo porque nos piden ayuda.
Este tipo de información es muy importante para todos, pero sobre todo para los primeros interventores con el público, ya sean los médicos, los enfermeros y sanitarios, los policías, etc.
Aunque el hecho de llevar mascarilla ha impactado negativamente en la percepción de las expresiones faciales, aún podemos leer muchos gestos faciales que nos dicen la emoción que hay detrás de ellos.
Los indicadores más importantes se encuentran en la parte superior de la cara, concretamente en tres zonas.
La mirada es uno de los gestos que más nos transmite. Puede ser cálida o escalofriante. Generalmente, la mirada es uno de los indicadores que las personas usan para determinar la credibilidad de las personas. La mirada directa cuando hablamos suele relacionarse con la seguridad y la verdad. En cambio, los desvíos de la mirada son el estereotipo de la mentira. Esto es un mito. La mirada sostenida puede indicar interés, vigilancia de los movimientos del otro, o para contrastar si se ha creído la mentira, agresividad, desafío, e incluso persuasión. Por el contrario, los desvíos de la mirada suelen deberse a hechos externos (ver otra cosa) o al acceso a la memoria (de largo plazo, sobre todo).
¿Sabes que se puede diferenciar una sonrisa falsa de una sonrisa genuina en los ojos? El músculo orbicular del ojo se arruga en la parte lateral exterior, en las llamadas “patas de gallo”, cuando las mejillas ascienden por la activación del músculo cigomático mayor.
Esto suele pasar cuando la sonrisa es genuina, y la persona siente alegría o felicidad. En cambio, cuando la sonrisa es fingida solo puede mover la boca (aunque la sonrisa puede ser simétrica y con una cronémica distinta), pero con la mascarilla no lo podemos ver.
Este músculo también nos permite identificar la emoción de asco o rechazo: cuando la parte superior de la nariz se arruga, a la altura de los ojos, es un indicador infalible de esta emoción. Estas arrugas se pueden ver incluso con mascarilla.
Se suelen mover cuando acompañan un diálogo, queremos enfatizar algo, o nos referimos a la otra persona (por ejemplo, cuando saludamos a alguien levantamos las cejas a la vez rápidamente).
Pero cuando se expresan emociones, nos permiten diferenciar entre:
Los diferentes ejes de la cabeza pueden constituir más de cincuenta y cuatro posiciones distintas. Las inclinaciones más visibles de la cabeza son a los lados, cuando alguien está atento y siente empatía.
No olvidemos que, a pesar de llevar mascarilla, existen muchas otras fuentes de información no verbal como el lenguaje corporal, la postura, los gestos con las manos, la apariencia, la voz, el tacto, la proxémica…
Incluso con mascarilla o guantes, los gestos de autocontacto tienen lugar, ya que no son gestos conscientes y necesitan expresar un estado afectivo presente.
En conclusión, la mascarilla se ha convertido en un elemento vital de nuestras interacciones, pero sigue habiendo muchísimas pistas en el lenguaje corporal para entender las emociones de los demás.
