¡Qué grata sorpresa!

La sorpresa puede estar ligada a un acontecimiento positivo, como ver a un amigo por sorpresa (sorpresa + felicidad), pero también a cosas negativas como que te sorprenda un animal no deseado (sorpresa + miedo). Esta emoción tiene unas características no verbales únicas que la hacen inconfundible.

Psicología de la sorpresa

La sorpresa es una emoción primaria que, igual que las otras 5 (felicidad, tristeza, ira, asco, miedo), tiene su propia arquitectura cerebral y funcional, y se manifiesta de la misma forma (expresión facial) en todo el mundo.

El objetivo principal de esta emoción es la exploración. Queremos saber que ocurre cuando algo nos sorprende. Esta emoción responde a las preguntas ¿Qué es? ¿Qué pasa?

La conducta emocional de la sorpresa dirige la atención ante estímulos desconocidos o nuevos (Izard, 1991: Ekman 1992). Por eso activa procesos cognitivos relacionados con la memoria y la atención, aunque la actividad cardiaca se reduce. Es como si nos quedáramos en blanco por unos milisegundos para reprogramar nuestro sistema nervioso (Tomkins, 1962). Gracias a esto la capacidad de memorizar lo que está ocurriendo mejora (Meyer et al., 1997).

Uno de los efectos de la sorpresa puede ser el aumento del tiempo de respuesta ante situaciones, ya que provoca un proceso cognitivo de evaluación y actuación que condiciona el comportamiento (Meyer, Reisenzam y Schutzwohl, 1997).

La sorpresa, un detonante

Los detonantes de la sorpresa son simples: todo aquello que cause incertidumbre o novedad en nuestra percepción.

El efecto más interesante de la emoción de la sorpresa es la expectativa previa que crea ante estímulos de premio sorpresivos o que son esperados. Es decir, si alguien conoce que va a ganar algo, experimenta emociones positivas. Pero si ese premio es desconocido, los efectos neuronales de la sorpresa desconocida son mucho mayores, produciendo mucha más dopamina en este ultimo caso (Schultz et al., 1997).

Algunas de las emociones que puede desencadenar la sorpresa son:

  • Placer
  • Enfado
  • Miedo

 

Por lo tanto, la propia sorpresa es un intensificador de otras emociones placenteras/no placenteras.

El lenguaje no verbal de la sorpresa

La función exploradora de esta emoción marca una tendencia en la expresión facial de apertura. En la cara es muy visible como los órganos se abren (boca, ojos) (Darwin, 1872), así como en el cuerpo. Aunque a veces, alguna de las reacciones naturales ante una sorpresa que se mezcla con otras emociones (como vergüenza), puede hacer que llevemos la mano a la boca para taparla, o las manos a la cabeza. Por eso el lenguaje corporal suele ser más cerrado (Mehrabian, 1968).

El lenguaje no verbal de la sorpresa

Los indicadores no verbales de la expresión facial de sorpresa son:

  • Cejas levantadas
  • Ojos abiertos
  • Boca abierta
  • Labios salidos
  • Movimientos de las manos
  • Postura corporal de contracción
  • Aumento de la frecuencia cardíaca y la sudoración

Conclusión

Después de un regalo (placentero) o cuando acusas a alguien de a haber hecho algún crimen (desagradable), fíjate en las señales no verbales de esta emoción y sabrás que actitud adopta la persona ante tales situaciones.